Pocas veces en pocos textos se logran escribir tantos logros y vivencias como las del Puntano
nacido en La Carolina un 27 de enero de 1797, Juan Crisóstomo Lafinur. Personalidad seguramente
conocida por todos en la provincia de San Luis y en otros lugares. Escuelas, calles, avenidas,
monumentos, hasta localidades llevan su nombre recordando quien fue.
Nacido en San Luis, pero fue creciendo en Córdoba donde realizó sus estudios en el colegio
Monserrat y luego en la universidad, pero este fue el inicio para llegar a obtener el diploma de
bachiller, licenciado y maestro de artes, y aunque su personalidad, así es, la puntaneidad a flor de
piel lo llevo a tener que dejar la universidad, pero ¿Quién frena a un potro que viene bajando por
las sierras puntanas? Luego de este percance se va a vivir a Tucumán, allí se incorpora al ejercito
del norte, estudia para oficial de artillería en la academia de matemáticas fundada por el
mismísimo general Belgrano.
Luego se traslada a buenos aires donde se anota en la sociedad para el fomento del buen gusto en
el teatro, creado por Pueyrredón, allí escribió música para teatro en notables títulos que se
hicieron famosos en las carteleras porteñas.
Fue el primer joven laico en tener la cátedra de filosofía otorgada por el director del colegio la
unión del sur, sus ideas y métodos mezclaban elementos de escolasticismo en cuanto a lógica y
metafísica sumado a ideas iluministas, todo un cambio para la época.
Luego de un tiempo se instala en Mendoza donde vuelve a dictar clases de filosofía, elocuencia,
francés, economía, literatura y música en el colegio de la trinidad, a su vez digirió un periódico,
pero no podía dejar de lado su temperamento sanluiseño, y se tuvo que marchar de nuestra
vecina Mendoza y se fue para Santiago de chile donde se casó con Eulogio Nieto, comenzó los
estudios de derecho civil y abrió un estudio de abogados, siguió escribiendo en periódicos y
publico poesías de carácter histórico, continuo con su pasión por el piano, pero como si el destino
lo estuviera llamando, por las heridas producidas al caerse de su caballo fallece.
Hay quienes dirían que para hacer todo lo que hizo lafinur se necesitarían más de dos vidas, otros
podrían afirmar que con todo su trabajo llego a vivir hasta los 90 años, pero el misterio del destino
no tiene ni tiempos ni caminos, Juan Crisóstomo lafinur tenía solo 27 años cuando dejo de estar
entre nosotros, imagínense si hubiera vivido otros 27 años más.